JORGE EDUARDO RIVEROjorgeeduardorivero@gmail.com
EN UN TRINAR ARMONIOSO,SE AMPARO LA TARDE,
COMO UN SUTIL TINTINEAR DE BRONCES,
UNA SUPREMA MELODIA AROMO EL ESPACIO,
Y EN SU CADENCIA DORMITABA EL BOSQUE.
EL SOL FUGITIVO, QUE COLABA SUS RAYOS
ENTRE LOS ALAMOS DE CABELLERA VERDE,
FORMABA SILUETAS DELGADAS Y TENUES,
SEMEJANTE A REJAS DE ANTIGUAS PRISIONES.
POR SENDEROS BLANDOS CON FLORES SILVESTRES,
LOS ULTIMOS PAJAROS HACIAN DERROCHE
DE ALEGRES CANTARES;MIENTRAS TANTO;
LENTAMENTE NOS ABRAZABA LA NOCHE.
TOME CON MIS MANOS TU ROSTRO DE LUNA,
BESE SUAVEMENTE TUS LABIOS SENSUALES,
ENTONCES;UNA LAGRIMA,CORONO TU MEJILLA,
PERLANDO TIMIDAMENTE AQUEL HORIZONTE.
ASI EL OCASO NOS OFRECIO EL REFUGIO,
COMPLICE,ETERNO DE NUESTROS AMORES.
30/07/09
